Debes comprender las diferencias entre gestionar, microgestionar y no gestionar. El entender la diferencia en estos conceptos puede hacer toda la diferencia en tu liderazgo. Los grandes gerentes orquestan en lugar de ejecutar. Al igual que el director de una orquesta, no tocan un instrumento, sino que gestionan -dirigen- a su gente a tocar bellamente juntos.
Puedes entender entonces que cuando alguien gestiona, tiene control de lo que está sucediendo, pero a la vez deja a los demás hacer su trabajo y confía en ellos, aunque está atento permanentemente que todo este desarrollándose como debería.
El microgestionar (o como se oye popularmente en inglés -micromanagment-) por otro lado, es decirles a las personas que trabajan para ti exactamente qué tareas deben hacer o incluso el hacer las tareas de ellos.
Esto principalmente se origina por falta de confianza en tu equipo, pero si eres un lector habitual de mis mensajes, sabrás que soy fiel creyente de que en vez de que estés apuntando el dedo a los demás por tus fracasos o errores, apunta el dedo hacia ti y medita en que puedes tú cambiar para que las cosas sean diferentes.
Con esto me refiero a que si tienes falta de confianza en tu equipo, porque consideras no tienen la capacidad suficiente para hacerle frente a sus asignaciones, deberías de estar muy atento y apoyándolos en fortalecer todas las áreas y aspectos que hacen que el trabajo o sus actividades no tengan los resultados esperados.
Por otro lado, el no gestionar es lograr que tu equipo haga su trabajo sin tu supervisión y participación. O sea, que ellos de cualquier forma sacan el trabajo, contigo o sin ti.
Para tener éxito, debes comprender estas diferencias y administrar en el nivel correcto.
TÚ ERES EL RESPONSABLE DE TU EQUIPO Y QUE TODO FUNCIONE BIEN
Muchas personas, lamentablemente, brincan de microgestionar a no gestionar y viceversa, y por eso no logran formar un equipo que genere sinergia y con el que puedan lograr grandes cosas juntos.
Cuando tú eres un líder debes asegurarte de que de lo que eres responsable funcione bien. Esto es algo que muchas personas no entienden, siempre tienen un culpable, pero nunca son ellos. Tienes que entender que si algo esta bajo tu responsabilidad, lo ejecutes tú o no, de cualquier forma, eres tú el responsable que todo funcione bien.
El que todo marche bien, lo puedes lograr de 3 formas:
- Administrando -gestionando- bien a otros, como ya te lo expliqué anteriormente.
- Desviarte para hacer el trabajo del que no eres responsable porque otros (tu equipo) no pueden hacer bien su trabajo.
- Escalar lo que no puedes manejar bien.
La primera opción es óptima; la segunda es una señal de que se necesita un cambio de las personas (esto puede incluir que tú debas cambiar también) y del diseño que estás manejando; La tercera opción no es óptima, pero es obligatoria.
El dirigir a las personas que te reportan debe sentirse como manejar juntos. Al igual que un instructor de manejo, debes tener un contacto cercano con tu gente en la autopista para evaluar sus fortalezas y debilidades mientras realizan sus trabajos. Debe haber un buen viaje de ida y vuelta, ya que aprenden por ensayo y error. Con el tiempo, puedes decidir lo que pueden y no pueden administrar por su cuenta.
Si haces esto, tienes buenas probabilidades de no microgestionar.
DEBES CONTROLAR LO QUE TIENES A CARGO
En los deportes, un excelente jugador probablemente será mejor entrenador de dicho deporte que un jugador novato. La credibilidad se aplica a la gestión también. Cuanto mejor sea tu registro, más valor podrás agregar como entrenador.
Para no microgestionar debes ser capaz de delegar los detalles. Si todavía tienes problemas con los detalles, tienes un problema con la administración o la capacitación, o tienes a las personas equivocadas haciendo el trabajo. El verdadero signo de un administrador maestro es que no tiene que hacer prácticamente nada. Los gerentes deben ver la necesidad de involucrarse en el núcleo de la vida como una mala señal.
Recuerda nuevamente, el que diga que no debes hacer absolutamente nada, no significa que no estés a cargo de la orquesta, dirigiendo una bella sinfonía, sino a que no debes de tocar ningún instrumento mientras diriges la orquesta.
Y ten muy presente que existe el peligro de pensar que estás delegando detalles cuando en realidad estás demasiado lejos de lo que es importante y, en esencia, no estás gestionando. Los grandes gerentes saben la diferencia. Se esfuerzan por contratar, capacitar y supervisar de una manera que otros puedan manejar todo lo posible por su cuenta, pero siempre están gestionando sus tareas.
Medita en esto que acabas de leer, toma tu tiempo para que lo digieras, verás que son principios que por ser tan lógicos, parecieran que todos lo manejamos, pero lamentablemente no es así, y si tú tienes que mejorar en algún aspecto de estos, solo piensa: “si llegue aquí aún con esta falencia, donde podré estar si tengo cuidado con el microgestionar y administro de la mejor manera”.
Un mensaje que te puede complementar mucho si te gusto está lectura es el post Gente inteligente no hace a un Equipo inteligente
¡Nos leemos pronto!
Omar
Felicidades para este año, es un buen momento para repensarse! Beiky
Totalmente!