Tienes un poder muy grande dentro de ti. Ese poder puede hacer que atraigas grandes bendiciones a tu vida, pero también podría atraer males que te harían sufrir. Pero si lo reflexionas, siempre sufres más en tu cabeza que lo que sufres en la realidad. Tu mente pinta escenarios terribles y te atribula, por eso debes controlarla.
El afán llega cuando empiezas a sufrir por cosas que aún no estás viviendo. Piensas en los problemas que debes enfrentar y en todo lo malo que pudiera suceder. ¡Cuando menos lo esperas estás angustiado y se te fue la paz! Muchas veces ni siquiera sucede la “fatalidad” que esperabas, pero el dolor y la angustia sí la viviste.
No te digo que no te ocupes de las cosas importantes o que no seas diligente, sino que no sufras por gusto. Cuando visualizas un problema es muy sabio que pienses en un plan de acción, ya sea para salir de él, para evitarlo o minimizar el daño que pueda causar; pero si solo vas a sufrir, atribulándote, pensando lo mal que la pasarás, eso no te ayuda en nada. ¡Deja de pensarlo!
Siempre ten presente que puedes tomar control de tu vida, pero para ello debes controlar tu mente. Si fallas en esto ten la seguridad de que no tendrás control de nada.
Si siempre sufres por pensar lo peor, ¿qué pasaría si mejor decidieras pensar lo mejor?
Sufres más en tu cabeza cuando estás pensando en lo malo que puedes vivir porque te visualizas enfrentando el conflicto y el dolor; es como si ya estuvieras ahí sufriendo. ¿Qué pasaría si con esa misma convicción empiezas a visualizar lo bueno de cada situación?
Con esa misma certeza mira todo lo bueno que vendrá a tu vida, cómo empezarás a conocer gente que te querrá bendecir, cómo las cosas por las que tanto te esfuerzas empiezan poco a poco a dar fruto o cómo tu trabajo empieza a ser reconocido. ¡Date cuenta de que la vida también tiene cosas buenas!
Si ya sabes que sufres más en tu cabeza que en la realidad, empieza a bloquear las dudas. Cuando vengan a ti pensamientos que quieran angustiarte (por ejemplo, qué pasaría si no logras conseguir ese dinero o si un problema familiar pequeño se vuelve grande) recuerda que no tienes por qué aceptar esa angustia anticipada en tu vida. Rechaza esos pensamientos y empieza a tener la certeza de que todo saldrá bien, y verás cómo se dan las cosas para bien; pero sobre todo tendrás mucha paz y mayor felicidad.
Si quieres complementar con otro mensaje este que acabas de leer. Lee: Que nadie te quite tu felicidad. Es tu decisión entregarla o no.
¡Nos leemos pronto!
Omar
Gracias y muy cierto todo depende de nuestra mente y aprender a manejala bloqueando toda la duda negativa nos puede dar esa paz y ese gozo que siempre deberíamos tener . bendiciones.
¡Bendiciones!