Si tan solo yo hubiera…

Acababan de terminar de jugar y estaban sentados tomando algo antes de que cada uno se retirase a lo suyo. Él estaba allí sentado, pensando bastante (quizá hasta pensando de más). Analizaba la situación de cada uno de sus amigos, cómo desearía estar en sus lugares.

Del primero de ellos —quien reía por un chiste que acababan de contar— pensó: “Qué suerte tiene, ha de tener un equipo muy capacitado y comprometido que se hace cargo de su negocio. Pareciera que ni trabaja, siempre tiene tiempo para todo, nunca lo veo estresado. ¡Si tan solo yo tuviera un equipo así!”

Otro amigo interrumpe al grupo, despidiéndose porque debe irse a un compromiso. Esto hace que su atención se dirija a él y luego de despedirlo fraternalmente, piensa: “En verdad hay gente tan afortunada con negocios tan rentables. Él ni siquiera es tan preparado y sin embargo es el más adinerado de todos. Si yo tan solo hubiera escogido el negocio correcto, hoy tendría su misma suerte”.

Le da un trago a su bebida y ya se siente un poco frustrado. Cerca de ellos había una persona entrenando. Era de los mejores que él conocía en el deporte que practicaba. Pensando en él, dijo para sí mismo: “Si tan solo a mí también me hubieran puesto a entrenar desde niño en algún deporte sería tan bueno como él, pero ahora de adulto ya no es tan fácil. Cualquier tipo de entrenamiento físico me cuesta muchísimo más”.

Esta no había sido la primera ocasión en que pensaba en todo lo que él no tenía o en la suerte que le había faltado para estar ahora a donde hubiera soñado en la vida. Muchos pensamientos habían cruzado antes por su cabeza diciéndole siempre lo mismo. Había pensado cosas cómo: “¿Cómo habrá conseguido un trabajo así? ¡Si yo tuviera esos contactos también lo podría hacer!”

O si no:

“Si tuviera más dinero podría pagar… y así podría…”

Ni siquiera hace falta que te diga lo que él había pensado (completa la frase como quieras), pero lo había pensado tantas veces que probablemente adivines alguno de esos pensamientos: “Si hubiera nacido en [tal país], tendría…” o “…hubiera logrado…”; o bien: “Si fuera de esa familia, también podría…”, “Si a mí me hubieran…” “Si conmigo no hubieran…”

Es cierto que todos nacemos en condiciones distintas, pero no por eso pienses que hubieras podido hacer, tener o vivir lo de alguien más. Tener las “mismas condiciones y oportunidades” de vida que otras personas exitosas no es un factor que pueda determinar tu propio éxito.  No mires a los demás, vete a ti mismo. Deja de pensar en el “Si tan solo”.  Enfócate en quién eres tú, en lo que tienes a tu alcance y trabaja por tu propia vida. Hagas lo que hagas es tu decisión y será tu logro o tu fracaso, no el de alguien más.

Si te gusto este mensaje, te invito a que leas también: Toma control de tu vida – Cree en ti

¡Nos leemos!

Omar

3 comentarios de “Si tan solo yo hubiera…”

Los comentarios están cerrados.